viernes, 21 de octubre de 2011

INCENDIO EN CORIA DEL RIO / 15/10/2011

Herido grave al rescatar a unos vecinos de un fuego en Coria

El Ayuntamiento realoja en un hotel a las ocho familias que vivían en el bloque incendiado.

Coria del Río amaneció ayer consternada por el incendio sufrido en un piso de la calle Dolores Maldonado, en la barriada Gutiérrez Pérez, que ha obligado a desalojar a las ocho familias que viven en el bloque número 6, y por el que fueron atendidas 12 personas. Tres de ellas, un policía local J.J.M, el coordinador de Protección Civil M.Q.O., y el vecino Lorenzo Fernández, fueron trasladadas al hospital Virgen del Rocío como consecuencia de las lesiones que les causó el fuego, aunque el único que permanece ingresado en la Unidad de Quemados del centro hospitalario de la capital con pronóstico grave es Lorenzo Fernández, que presenta quemaduras en el 16% de su cuerpo.

La hija de este ciudadano ejemplar, María Fernández, relató que su padre está animado y que le manifestó que volvería a arriesgar su vida por ayudar a sus vecinos, a pesar de que Lorenzo, de 41 años, es pensionista por sufrir una lesión cardiaca.

El incendio se inició en el primero izquierda, donde vive Inmaculada Jiménez junto a su marido y sus tres hijos de 11, 9 y tres años. Esta mujer no se explica qué es lo que pudo ocurrir, "porque la única que estaba levantada era yo que estaba limpiando el cuarto de baño. Lo único que había encendido era el televisor del salón, la habitación donde se originó el fuego". Inmaculada relató que se dio cuenta del incendio por el resplandor que vio y "lo primero que hice fue coger a mis hijos, llamar a mi marido y gritar a los vecinos para que desalojasen el edificio".

Josefina Álvarez, vecina del tercero derecha, recordó que ella cogió a sus hijos de 5 y 7 años y se refugió en la habitación más alejada de la puerta de acceso al piso y que tapó las rendijas con toallas mojadas. "Pudimos salir porque los vecinos abrieron un boquete en el tabique que separa mi vivienda con la del bloque de al lado. Nos salvamos porque la gente reaccionó con mucha celeridad", aseguró.

Un rescate muy similar fue el de su vecina de planta, Loli Arteaga, que también abandonó su vivienda a través del agujero que se abrió en la pared de sus vecinos del bloque 8.

Más espectacular fue el caso de Lola García, que vive en el segundo derecha, quien explicó que sus hijas de 3 y 9 años fueron rescatadas por el balcón. "La gente hizo una cadena para salvar a las niñas. Estamos vivos gracias a que los vecinos reaccionaron a tiempo", insistió.

Esta barriada de pisos de alquiler tiene más de 50 años y en ella viven familias de clase trabajadora, por lo que, según explicó ayer el alcalde, José Vicente Franco (PSOE), el Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con ellas para realojarlas en un hotel de la localidad y para facilitarles la comida en un bar del municipio. Además, según explicó, Cáritas y Casa Misión ya están trabajando para facilitarles ropa. Junto a esta acción de emergencia, los servicios sociales municipales se reunirán hoy domingo con los damnificados para hacer un informe socioeconómico de la situación de cada familia, "y así prestar la asistencia que requiera cada caso".

Y es que todavía se desconocen las causas que pudieron provocar el incendio, pero, según informó ayer la Policía Local, en la tarde de ayer un técnico del servicio de bomberos inspeccionó el bloque, quien indicó que en el edificio no se podía acceder hasta que pasasen varias horas. Según esta misma versión, a lo largo del día de hoy podrán entrar, pero acompañados, los vecinos de las viviendas menos dañadas para coger las cosas más imprescindibles, "los de la parte más afectada por las llamas tendrán que esperar otras 48 horas".

Las ocho familias desalojadas se quejaban de que se les impedía entrar en sus pisos para coger sus pertenencias y fundamentalmente medicamentos, porque, según indicaron, entre los damnificados hay varios enfermos.

PROTECCIÓN CIVIL / SÍ HAY HÉROES

Herido grave por participar en el rescate de sus vecinos tras un fuego en su bloque

Los Bomberos alertan de que las llamas se agravaron por la falta de medios en el Aljarafe

Trinidad Perdiguero , coria del río | Actualizado 16.10.2011 - 05:01




Un incendio que se produjo la madrugada de viernes al sábado en un piso de la calle Dolores Maldonado de Coria se saldó con 12 heridos, uno de los cuales sigue ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, con quemaduras en el 16% de su cuerpo y pronóstico grave. Según destacó el Ayuntamiento de Coria, esta persona es un vecino del bloque que arriesgó su vida, junto a otros miembros de las fuerzas de seguridad locales, por alertar y rescatar a los residentes de las llamas. 



Junto a él también tuvieron que ser trasladados al hospital un policía local J.J.M y el coordinador de Protección Civil M.Q.O, aunque fueron dados de alta ayer con heridas más leves. Al parecer, la actitud de estas tres personas evitó que se produjeran daños personales más graves, ya que, según el alcalde de Coria, José Vicente Franco, entraron en el bloque arriesgando su propia vida. Las otras nueve personas afectadas, entre ellas varios niños, fueron atendidas en el centro de salud coriano. 

El incendio se originó sobre las 00:30 del sábado y ha obligado a desalojar completamente un bloque de cuatro plantas, ubicado en una barriada de gente trabajadora, donde todos los pisos, promovidos en los años 50, son de alquiler y de un único propietario. Siete de las ocho familias afectadas optaron por alojarse en casa de familiares y una más aceptó la ayuda del Ayuntamiento para trasladarse a un hotel del municipio. 

Estos vecinos no podrán volver a sus casas, al menos, hasta mañana lunes ya que, después de las primeras inspecciones que se realizaron durante todo el día de ayer, los técnicos han recomendado esperar al menos 48 horas para levantar el precinto del edificio. No obstante, parece que la estructura no está afectada y podrían volver en unos días. 

El primer piso en el que se originó el fuego quedó destruido completamente. En el mismo reside una pareja joven con hijos. El Ayuntamiento ha activado un protocolo en el colaboran varias entidades sin ánimo de lucro del municipio para facilitarles comida y ropa, en el caso de que lo necesiten. Hoy mismo, el equipo de trabajadores sociales del Consistorio se reunirá además con las familias para hacer un informe socio-económico de cada una y poner a su disposición las ayudas que precisen de tipo económico o laboral. 

Pero, al margen de los daños materiales y humanos, el incendio ha generado ya una enorme polémica sobre la capacidad de los Bomberos en la comarca del Aljarafe. El Sindicato Profesional de Bomberos (SPB) se apresuró ayer a denunciar que el fuego podría haber quedado controlado mucho antes si los medios de extinción en el Aljarafe estuvieran organizados de otra manera. 

Por las noches, el parque de Bomberos de Coria del Río está "cerrado" y además es atendido por voluntarios, recuerda el SPB, que subraya que ello aumenta el "tiempo de respuesta" y provoca que "un siniestro que se podría controlar en su fase inicial, puesto que el tiempo de respuesta no superaría los cinco minutos, se descontrole y produzca innumerables daños humanos y materiales", aseveran en una nota. El primer edil coriano no quiso entrar ayer en estas denuncias y sólo tachó de "oportunistas, irrespetuosas y a destiempo las declaraciones del sindicato". 

Desde el SPB han explicado que los Bomberos de Mairena del Aljarafe tardaron 15 minutos en llegar, mientras que los de Diputación tardaron más de 20 minutos. Según el 112, se recibieron decenas de llamadas alertando del fuego. 

Desde el sindicato se ha puesto incluso "a disposición de las víctimas de los siniestros el asesoramiento técnico y legal para que puedan actuar y denunciar a los responsables".

lunes, 10 de octubre de 2011

SOBRE EL MITO DEL BARCO VIKINGO EN NUESTRO ESCUDO

En anterior entrada, comentábamos la llegada de hordas vikingas a Coria del Río en el año 844, como parte de un operativo que pretendía la conquista de Sevilla. 

Alguno de nosotros se atrevió a pensar que, quizás la imagen del barco que aparece en nuestro escudo, pudiese estar relacionada con aquel hecho histórico. Pues para aclararnos las dudas, hemos recurrido a los estudios del  Profesor Francisco José Barragán de la Rosa, quien nos explica el mito histórico de la embarcación que aparece en el emblema de nuestro municipio. 


Al respecto, podéis encontrar una sinopsis completa en la web Futuro Imperfecto, o bien en la página del autor, cuyo nombre es Terrae Antiqvae, donde podéis disfrutar además de otros trabajos con un gran valor histórico y científico. Altamente recomendable es también toda su investigación sobre Tartessos.

Argantonio
Rey de Tartessos
Como explica el Profesor Barragán, nuestro barco -más que fenicio o vikingo-, puede tener su origen en las Galeazas que navegaron por el Guadalquivir hasta el siglo XVII.

 "Por último es otro grave error que en el escudo de Coria se represente un barco vikingo o drakkar. En realidad el escudo de Coria proviene del primer sello municipal de mediados del s. XIX, el cual se elaboró con la premisa defendida por un filólogo alemán de que Caura significaba en fenicio “seno o lugar de pesca”, quien interpretó aproximando todo lo que pudo a raíces cananeas muchos de los topónimos de Andalucía. Por tanto es lógico que se quisiera en tal fecha representar a un barco fenicio y no vikingo.


Barco fenicio
Se sabe que los fenicios usaban naves redondas sin remos para el desplazamiento de carga (gaulós), mientras con fines militares usaban naves alargadas con remos y una proa con espolón (pentecotera). El dibujante encargado del diseño del sello tomaría modelo en algún libro de la época, que no se correspondía ni con un tipo de barco fenicio ni con el otro, sino una mezcla de ambos. De cualquier forma el barco representado aunque sin timón podía ser también un trasunto de las Cocas con remos de uso mixto según conveniencia mercante/militar del Atlántico, o de las Galeras barcos de guerra de uso muy extendido en el Mediterráneo. Más concretamente el barco representado puede ser una aproximación de una evolución de las Galeras: las llamadas Galeazas que navegaron por el Guadalquivir hasta el s. XVII. Las Galeazas de proa redonda admitían aparejarse con artillería, con velas cuadras y con los remeros bajo cubierta a diferencia de las galeras con proa apuntadas, más estilizadas, con velas latinas y con los remeros a la intemperie. Recuérdese que Coria fue en épocas anteriores un puerto de avituallamiento, acuartelamiento y fortín de la Marina Real, al mismo tiempo que mantuvo tradicionalmente un astillero de barcos en la zona del prado de la Magdalena, por lo que existía el recuerdo borroso de la presencia de estas naves."


Galeazas

Apertura Bolsa Empleo Municipal

El Ayuntamiento de Coria del Río abrió el pasado día 4 de octubre de 2011, el plazo de entrega de solicitudes para la Bolsa de Empleo Municipal.
Tanto la recogida de instancias, como la entrega de las mismas se realizará en las oficinas del Área de Desarrollo sito en la Plaza de la Almacenera (Torre de la Aceitunera), en horario de 10:00 a 13:00.
La Bolsa de Empleo Municipal se encontrará abierta hasta el próximo día 30 de noviembre de 2011.
La solicitud se puede descargar desde este enlace.

Solicitud Bolsa de Empleo

TALLERES DINAMIZACIÓN CIUDADANA


El nuevo curso de los Talleres de Dinamización Ciudadana comenzará en enero 2012



En comunicado emitido por la Delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Coria del Río, se informa que el próximo curso de los Talleres de Dinamización Ciudadana 2011/2012, dará comienzo en el próximo mes de enero de 2012.
El plazo de matriculación para dichos talleres se comunicará con suficiente antelación, de manera que todos los corianos y corianas que quieran inscribirse en esta nueva edición dispongan de tiempo para hacerlo.
Este cambio está motivado por una nueva organización de los propios talleres, la cual vendrá a mejorar el desarrollo de los mismos.

Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Coria del Río

jueves, 6 de octubre de 2011

EL ATAQUE VIKINGO A SEVILLA

En el año 844, los vikingos remontaban el Guadalquivir. Cuatro de estas naves se separaron hasta Coria del Río ( que por entonces se llamaba Korah ) donde dieron muerte a todos sus habitantes para evitar que se diera la voz de alarma.

Desde la web Identidad Andaluza, os transcribo a continuación parte de un artículo muy interesante, en referencia a las tentativas vikingas por conquistar Al Ándalus.




A finales de agosto del 844 una flota de ochenta naves fue avistada en las costas de al Andalus. Se trataba de los Nordumâni, los temibles vikingos. Dos meses más tarde, Sevilla ardía en su fuego, sus habitantes eran pasados a cuchillo, violados y convertidos en esclavos.

La pregunta que todos se hicieron:
¿Quiénes eran los vikingos?
Estos temibles guerreros que llegaron por mar, eran un grupo étnico originario de Escandinavia. A su denominación más conocida se unían también las de varegos, rus o normandos. No obstante, la palabra vikingos proviene del vocablo «Wik» -posteriormente cambiado a Vik-, que significa «hombres del norte» u «hombres del mar». Sus ataques y aparición en la escena política europea, ya que hasta entonces no se tenía conocimiento de ellos, dieron inicio en el año 793 con el saqueo del monasterio de Lindisfarne. A partir de ese periodo sus incursiones fueron frecuentes y llegaron a ocupar amplias zonas en Inglaterra, Irlanda y Francia, donde el rey galo entregó el feudo de Normandía a un caudillo vikingo a fin de que mantuviese alejados de sus costas a otros grupos de la misma etnia. Ejercieron una gran influencia en la historio europea y en torno al año 1000 intentaron asentarse también en Norteamérica.

Distintos investigadores dan por extinguida la era vikinga con la caída del último reducto hostil que representaba el rey Horald III el despiadado, muerto el año 1066 en la batalla del puente de Stamford cuando intentaba hacerse con el control del territorio ocupado hoy por la actual Inglaterra.


A finales del año 229 de la hégira (agosto del 844), en las costas occidentales de al Andalus cincuenta y cuatro velas blancas fueron avistadas en el mar enfrente de la ciudad musulmana de Lisboa. Se trataba de los al-Urdumâniyyun, o Nordumâni. Los normandos, piratas vikingos de los que los andalusíes conocían historias, a través de los cristianos norteños y de los comerciantes, aparecían por primera vez ante sus ojos. Habían escuchado relatos que hablaban de ataques despiadados, muertes brutales, y un rastro de sangre a su paso, pero hasta entonces para todos ellos se trataba de cuentos que circulaban de boca en boca. Sin embargo, ahora la realidad se abría paso en Lisboa, donde una de sus escuadras se desplegaba en el puerto dispuesta al combate.


Los cronistas árabes que recogen el más terrible ataque normando contra al Andalus mencionan que el número de sus barcos rondaba los ochenta, de los que cincuenta y cuatro eran de grandes dimensiones y los otros restantes más ligeros. Conocedor de su mala fama, el gobernador de Lisboa, Ibn Hazm, luchó con ellos bravamente, rechazándole después de varios días de encarnizados choques. Apenas las velas desaparecieron en el horizonte, en dirección al sur, Ibn Hazm escribió una carta al emir de Córdoba ‘Abd al­Rahmân, en la que le informaba de estos sucesos y le advertía de la próxima aparición de las bestias del norte, si eran ciertas sus noticias y se disponían a golpear el sur.


En efecto, pasadas catorce noches del mes de Muharram del año 230 de la hégira (finales de septiembre de 844), los vikingos ya se habían apoderado de Qabpil, la Isla Menor, en Cádiz, y remontaban el Guadalquivir dispuestos a saquear y destruir Sevilla y aun la mismísima capital de al Andalus si sus fuerzas se lo permitían. Cuatro naves se separaron de la flota principal, para inspeccionar el territorio hasta la localidad de Coria del Río, donde desembarcaron y dieron muerte a todos sus habitantes a fin de impedir que tuvieran tiempo de advertir a los suyos. El camino hacia su fortuna estaba libre.


Apenas transcurridas tres jornadas desde su desembarco, los normandos decidieron remontar por fin el Guadalquivir hacia Sevilla, conocedores de las riquezas que era fama se albergaban en esta ciudad. Para entonces sus habitantes se disponían a la defensa solos, sin un caudillo militar claro que guiase su ejército, pues el gobernador de la ciudad les había abandonado a su suerte, huyendo a Carmona. Los musulmanes se encontraban, por tanto, a merced del peor de los enemigos.


Advertidos de esta deserción y de la escasa preparación militar de quienes se habían quedado a resistir su ataque, los hombres del norte marcharon con sus naves hasta los arrabales de la ciudad. Desde ellas, aprovechando su ventaja, dispararon sucesivas tandas de flechas contra los sevillanos, hasta romper su cohesión y provocarles el mayor desconcierto y miedo. Conseguido su propósito, abandonaron las embarcaciones para luchar cuerpo a cuerpo con ellos, seguros de su victoria.


La matanza y el saqueo duraron unos siete días. Una semana en la que los más fuertes huyeron, escapando cada uno por su lado, y los más débiles cayeron en las garras de los vikingos. Mujeres, niños y ancianos desvalidos fueron pasados a cuchillo y violados. A algunos de ellos se les perdonó la vida, aunque su destino era también estremecedor: la esclavitud. Sin respetar siquiera lo más sagrado, cargados con el botín y los prisioneros, regresaron a sus naves para volver al seguro campamento de Qabpîl.


No contentos, volvieron a Sevilla en una segunda ocasión, esperando aumentar el número de cautivos entre los desafortunados que regresaran a sus hogares al considerar que los ataques habían cesado. No encontraron más población que un puñado de viejos, que se habían reunido en una mezquita para rezar por los suyos y hacerse fuertes. De nada sirvieron sus oraciones: los normandos tomaron a la fuerza el lugar santo y su sangre bendijo la tierra de aquel lugar que, a partir de entonces, pasó a llamarse “la Mezquita de los Mártires”. Durante casi dos meses camparon totalmente a su antojo, desolando y sembrando el pánico entre los andalusíes. Hasta que, en noviembre, el emir ‘Abd al­Rahmán consiguió movilizar un ejército lo suficientemente fuerte para plantarles cara. Parte de esta tropa, al mando de Ibn Rustum y otros generales, pronto alcanzó la comarca del Aljarafe sevillano, donde en un fustigamiento conjunto de caballería e infantería, consiguieron desconcertar plenamente a sus enemigos. Coordinaba los esfuerzos musulmanes Nasr, favorito del príncipe omeya, quien dispuso una emboscada para terminar de una vez por todas con aquella amenaza.


Mientras algunos de los soldados provocaban con sus escaramuzas a los vikingos en los alrededores de la ciudad, el grueso del ejército andalusí esperaba a que aquellos valientes atrajeran a los normandos a un lugar llamado Tablada, al sur de Sevilla, donde hasta hace poco hubo un aeropuerto militar. Confiados en su notable superioridad numérica y como guerreros, los hombres del norte mordieron el anzuelo y descendieron con sus naves el río Guadalquivir en persecución de aquellos que habían osado provocarles. Al llegar a la aldea de Tejada desembarcaron y el cielo se abatió sobre ellos.


Allí les aguardaba emboscado Ibn Rustum, con el grueso de sus soldados. Apenas los normandos superaron su posición y le ofrecieron la espalda, les salió al encuentro mientras los perseguidos musulmanes detenían su huida para encararse con sus perseguidores. Atrapados entre dos fuegos, los vikingos no pudieron sino luchar por sus propias vidas contra hombres que buscaban venganza por la sangre de los suyos.


Aquella atroz derrota les supuso la mayor de las humillaciones que hasta entonces habían recibido. Sobre el campo de batalla quedaron más de mil cadáveres de normandos, y cerca de cuatrocientos fueron capturados para escarnio de todos. Mientras los supervivientes escapaban profundamente aterrorizados hacia sus naves, abandonando más de treinta embarcaciones en la huida, Ibn Rustum ordenó la decapitación ejemplar de los prisioneros supervivientes a la vista de sus camaradas. El fuego acabó sobre el Guadalquivir con las naves vacías mientras algunas de las cabezas cortadas eran enviadas al emir ‘Abd al-Rahmân y otras, clavadas en picas o en palmeras, permitieron saber a los sevillanos que su sufrimiento había llegado a su fin, que los asesinos de sus seres más queridos ahora les miraban desde las cuencas de sus ojos vacíos.


Ibn Rustum fue premiado, Nasr, favorito del príncipe, encumbrado a lo más alto. Se compusieron poemas en loor de aquella victoria sin igual.

El recuerdo de aquel oscuro episodio no terminó aquí. Las murallas de Sevilla fueron reforzadas y fortificadas, se repararon los daños causados por los normandos en las mezquitas, los baños y las casas. El puñado de hombres del norte que consiguió salvar la vida y escapó por tierra hasta Carmona y Morón, fue arrinconado por Ibn Rustum, que les forzó a rendirse y consiguió su conversión al Islam. Asentados en el valle del Guadalquivir, es fama que se especializaron en la cría de ganado y en la producción de leche y sus derivados y que sus quesos se convirtieron en más que famosos en aquellos tiempos. 



Años después, en el 859, Sevilla volvió a sufrir un nuevo ataque, que terminó con el incendio de la mezquita de Ibn ‘Addabâs (actual iglesia de San Salvador). La respuesta del emir de al Andalus fue dura y contundente: durante esos mismos años había ordenado la construcción de una flota de guerra capaz de frenar aquella amenaza y no dudaría en enfrentarla con los mejores marinos del Islam a quien se atreviera a atacar Sevilla. Cuentan las crónicas que juró arrasar sus bases y sus tierras del norte si osaban volver a derramar la sangre de un solo andalusí. Aquella advertencia parece que sí caló en el ánimo de los vikingos, pues durante largos años no se documentaron más strandhógg, como llamaban en su lengua a estas campañas de saqueo.


Mientras, al Andalus se poblaba de atalayas y fortalezas en la costa para vigilar el mar y los hijos de aquellos hombres del norte pasaban a engrosar las filas de los servidores de los Omeyas como soldados de élite destinados a proteger al príncipe. Tales medidas consiguieron su fruto, ya que los musulmanes hispanos lograron rechazar los ataques de los vikingos durante el siglo X.


Y al mismo tiempo que los grandes cronistas recogían estos éxitos de las armas musulmanas de Hispania, del valor de los sevillanos, el recuerdo de la derrota quedó en el fondo histórico de la nórdica saga de Ragnar y en el silencio de las restantes fuentes normandas.





LAS TÉCNICAS DE NAVEGACIÓN VIKINGAS
Mucho más que un medio de transporte, los barcos jugaban un papel significado en sus rituales de poder y prestigio. De hecho, reyes y nobles frecuentemente eran enterrados en ellos, tal y como han revelado, además de sus textos y crónicas, las excavaciones arqueológicas, como las emprendidas en Roskilde o en Oseberg.


Estos navíos, de guerra y de transporte, se diseñaban para sobrevivir en la navegación oceánica. Una reconstrucción de los restos del llamado barco de Gokstad, que se conserva en el museo de Bygdóy, cerca de Oslo, coetáneo de los ataques a Sevilla, consiguió superar modernamente la ruta Noruega-Norteamérica a través del Atlántico Norte.


Pero si el navío, con sus proa y popa curvadas, mástil con una sola vela cuadrada, manga ancha y no excesivo calado, se convirtió en el elemento fundamental por el que fueron conocidos los vikingos, la forma en que aprendieron a orientarse en el mar merece una explicación, pues aunque hasta el siglo XII se cree que no se introdujo el compás magnético, estos hombres eran capaces de encontrar su camino desde las brumosas tierras del norte hasta el Mediterráneo. En los últimos años, dos expertos daneses, el capitán de marina Thrislund y el arqueólogo Vebaek, han propuesto un sistema para conseguir tales fines basados en sus conocimientos, técnicos e históricos. Se trataría de un simple compás de sol. El camino seguido por el astro en el cielo, de este a oeste, depende de la latitud del observador y de la estación del año. La única dirección invariable es el cenit solar a mediodía, que llamaremos “sur”. Pues bien, con esta referencia no es complicado mantener el rumbo adecuado en una travesía de pocas jornadas, tal y como demostraron estos expertos.


En una excavación arqueológica en Groenlandia se halló la mitad de un disco de madera datado en el año 1000, que, por las muescas que presenta, estuvo originalmente dividido en treinta y dos marcas o puntos del compás y en cuyo centro se colocaba un gnomon vertical. Para encontrar el rumbo de navegación, el disco rotaba hasta que la sombra del gnomon tocaba la curva apropiada y la demora se asociaba con uno de los cortes. Este hallazgo parece confirmar la teoría de Vebaek y Thrislund.




MÁS INFORMACIÓN
IBN HAYYAN: Crónica de los emires Alhakam I y Abdarhman II entre los años 796 y 847 (Almugtabis 11 – 1). Zaragoza, 2001. 
LEVI PROVENQAL, E. España musulmana. Hasta la caída del Califato de Córdoba (711-1031) Historia de España, vals. IV y V. 
MENÉNDEZ PIDAL, R. (Director) Madrid, 1990.