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Existen restos arqueológicos que demuestran la presencia del hombre en el Cerro de San Juan desde el Neolítico. Por tanto, nos estamos remontando a unos diez mil años de antigüedad.
En siglo VIII a.C. la desembocadura del río Guadalquivir (paleoestuario), se hallaba junto a nuestro municipio, por lo que se comprende su papel estratégico, tanto en el terreno político y militar como en el comercial y económico.
Llegados a este punto, no puedo continuar sin incluir en esta entrada del Blog, dos fuentes de gran relevancia: la primera la encontramos en los estudios de D. José Luis Escacena Carrasco. La segunda sería la investigación de D. Francisco José Barragán de la Rosa. Ambas abren líneas muy interesantes que, nos llevan a observar la posibilidad de que Coria del Río, fuese un importante enclave político y comercial del Reino de Tartessos.
Otras fuentes consideran que los primeros pobladores estables de Coria del Río debieron ser los fenicios, hace casi tres mil años, que conocieron el lugar como Kavra ("cerro" palabra de origen indoeuropeo).
La actividad comercial y pesquera se mantiene en las épocas cartaginesa y romana. Es citada en época romana por Plinio como un oppidum denominado Caura. De la época árabe han aparecido en la localidad algunos hornos alfareros, pozo de noria, diversos restos construcctivos y numerosa cerámica, alguna en muy buen estado de conservación.
En siglo VIII a.C. la desembocadura del río Guadalquivir (paleoestuario), se hallaba junto a nuestro municipio, por lo que se comprende su papel estratégico, tanto en el terreno político y militar como en el comercial y económico.
Fenicios a las puertas de Tartessos José Luis Escacena Carrasco |
¿Tartessos en Coria? Francisco José Barragán de la Rosa |
Otras fuentes consideran que los primeros pobladores estables de Coria del Río debieron ser los fenicios, hace casi tres mil años, que conocieron el lugar como Kavra ("cerro" palabra de origen indoeuropeo).
La actividad comercial y pesquera se mantiene en las épocas cartaginesa y romana. Es citada en época romana por Plinio como un oppidum denominado Caura. De la época árabe han aparecido en la localidad algunos hornos alfareros, pozo de noria, diversos restos construcctivos y numerosa cerámica, alguna en muy buen estado de conservación.
Tras su destrucción por los normandos en el año 844, los árabes reconstruyen el núcleo, al que denominan Qawra. Tras su conquista por las tropas cristianas, el rey Alfonso X el Sabio decide repoblarla con ciento cincuenta familias catalanas. El núcleo urbano se asienta junto al cauce del río Guadalquivir, a tan sólo 5 metros de altitud, aunque cuenta con la pequeña elevación del Cerro de San Juan.
Durante la época medieval, debió existir alguna población sobre el mismo, aunque el verdadero asentamiento estaría en la zona baja, al sur del cerro, alineado a lo largo del eje de la actual calle Cervantes. En perpendicular a él se abren una serie de calles que desembocan en el arenal del puerto.
Hasta el siglo XVIII no se puede hablar de un verdadero centro histórico. Sería un espacio urbano de forma alargada, con el cerro de San Juan al norte, la calle Larga por el oeste, la línea de desbordamiento por el lado del río y una calle central (la actual El Palomar, antigua Hernán Cortés). A finales de esa centuria se construye la denominada Corta de Merlina, provocando un cambio en la fisonomía del puerto y un importante aumento demográfico.
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En el siglo XIX, el centro histórico crece hasta salirse de sus límites. Es entonces cuando la trama urbana de Coria del Río, abandona el crecimiento hacia el sur para buscar la plataforma del Aljarafe. Para ello establece un nuevo eje hacia el oeste que, partiendo del puerto, cruza perpendicularmente la calle Larga (hoy Cervantes) y se ajusta al camino de Almensilla (calle del Carretero, antigua Capitán Cortés).
Durante la primera mitad del siglo XX, el desarrollo urbano continúa a lo largo de los caminos de Palomares del Río (al norte), de Almensilla (al oeste) y de Sevilla (al noreste), siendo este último urbanizado con tratamiento de Gran Vía.
Pero el verdadero crecimiento se produce en la década de los 60, construyéndose grandes bloques aislados (Batán), barriadas de autoconstrucción (Antonio Mellado, El Pozo, Ángel Verde, La Piscina) y viviendas de promoción oficial (Gutiérrez Pérez, La Paz, El Lobo).
En los años 70 y 80 se ha seguido edificando sobre áreas urbanizadas no colmatadas (Huerta del Pilar, Polígono Río Pudio, El Gato, El Mirador, en el Barrio de la Blanca Paloma, etc.), teniendo como ejes los caminos de Almensilla y de Palomares del Río. Entre este último y la denominada Nueva Avenida (por donde discurría el antiguo arroyo Carrascalejo, hoy entubado) se concentra el mayor contingente demográfico, teniendo como límite hacia un lado, la Autovía Sevilla-Coria y su prolongación, y hacia el otro la carretera A-8058, que circunda el núcleo por el oeste.
En la actualidad, el núcleo de Coria forma prácticamente un continuo urbano en su extremo sur con el de La Puebla del Río.
En los años 70 y 80 se ha seguido edificando sobre áreas urbanizadas no colmatadas (Huerta del Pilar, Polígono Río Pudio, El Gato, El Mirador, en el Barrio de la Blanca Paloma, etc.), teniendo como ejes los caminos de Almensilla y de Palomares del Río. Entre este último y la denominada Nueva Avenida (por donde discurría el antiguo arroyo Carrascalejo, hoy entubado) se concentra el mayor contingente demográfico, teniendo como límite hacia un lado, la Autovía Sevilla-Coria y su prolongación, y hacia el otro la carretera A-8058, que circunda el núcleo por el oeste.
En la actualidad, el núcleo de Coria forma prácticamente un continuo urbano en su extremo sur con el de La Puebla del Río.
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1) El término "pechero" está íntimamente relacionado con el vocablo latino pactum (tributo). Podemos decir que el pechero es un contribuyente obligado a pagar "con su pecho" un tributo al Rey. En el caso que nos afecta, dicho término aparece recogido en el Libro de los millones o Censo de los millones. Es un censo de 1591, perteneciente a las provincias ordinarias y partidos, de la Corona de Castilla, copiado fielmente de un libro intitulado, Libro del repartimiento que se hizo de los ocho millones (de donativo) en virtud de las averiguaciones que se hicieron de las vecindades del Reino el año 1591 para desde el año 1594 en adelante.
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